Que tal la exposición de Bowie? Merece la pena pagar tanto? Estas son las preguntas que me hacen mis amigos tras visitar la exposición. Voy a procurar responder con algo mas que un simple “Me ha parecido muy buena” y “Si, merece la pena”.
Tengo que admitir que yo también tenia mis dudas cuando vi los precios. Entonces desconocía que la exposición ha sido producida por el Victoria & Albert Museum de Londres. Guardo un buen recuerdo de mis visitas al V&A, sus exposiciones temporales y permanente. Sabia que la marca V&A es sinónimo de calidad y decidí comprar mi entrada.
La exposición es un recorrido cronológico a través de la vida musical, artística y personal de David Bowie que comienza en su juventud. Incluida en el precio de la entrada, la audio-guía, en versión original, se activa de forma automática en momentos específicos del recorrido. Principalmente de contenido musical, incluye entrevistas a David y a sus colaboradores y esta asociada a los audiovisuales de la exposición.
La audio-guía transforma la visita en una experiencia individual, fluida, emocional e inmersiva. Aunque, por otro lado, tiene el inconveniente que elimina la experiencia en grupo, el dialogo entre visitantes, genera cierta confusión en espacios de transición y puede resultar molesta en ocasiones como durante la lectura de textos. La solución es sencilla, quítate los cascos cuando te resulte molesta, en las secciones que tienen sonido ambiente y cuando quieras compartir la experiencia con otros.
Los creadores han logrado incorporar mas de 300 objetos sin que sientas una sobredosis de objetos. Incluye entre originales de Bowie y piezas de época, fotografías, videos, películas, escenarios, instrumentos, álbumes, trabajo de artistas y diseñadores, vestuario y manuscritos originales. Perfectamente presentados, siempre en su contexto y utilizando formatos tradicionales como vitrinas u otros mas espectaculares como escenarios y dioramas.
Soy fan de los dioramas y me ha gustado la utilización contemporánea que los diseñadores han hecho de este recurso. Uno de ellos recrea la sala de control de una nave espacial. Desde ella se puede observar la imagen del planeta tierra, tomada por el astronauta Willian Anders durante la misión Apollo 8 y una pantalla de televisión sesentera que muestra dos videos del single “Space Oddity”. Aquella fotografía de Anders cambio para siempre la percepción que tenemos de nuestro planeta. Como escribió Bowie entonces “Planet Earth is blue and there is nothing I can do”.
También es admirable el tratamiento del contenido audiovisual, proyectado sobre diversas superficies como escenarios, dioramas, cubos suspendidos del techo, esquinas, recuadros enmarcados en una pared, una pequeña tabla que representa la hoja de un bloc de notas, una inquietante y divertida mini-figura humana con un solo cuerpo y dos cabezas en la que se proyectan dos caras gesticulantes de Bowie y en las cuatro paredes de una espectacular sala que cierra la exposición.
Las cuatro inmensas paredes cubiertas de tela que reciben la proyección, contienen cubículos con vestuario de Bowie, que son iluminados al ritmo de una proyección con un sonido de gran calidad. A pesar de las emociones contenidas de la mayoría de los visitantes, entre los que me incluyo, esta ultima experiencia ha sido lo mas cercano que he llegado de presenciar un concierto de Bowie en vivo.
Tengo que admitir que me dio mucha envidia uno de los visitantes, un joven con síndrome de Down, a quien no le importaba que pensarían los demás y que tocaba la guitarra aérea y movía la cabeza al ritmo de la genial música de Bowie. En ocasiones hay que crear espacios en los que los visitantes den rienda suelta a sus emociones y capacidades artísticas. He echado en falta ese espacio en el que todos pudiéramos sentirnos Bowie por un ratito, un modulo que nos impulse a bailar y actuar, hacer un play back o karaoke, realizar el doblaje de la voz de Bowie en alguna de sus películas o poder ser Bowie en una sesión de grabación de alguno de sus grandes éxitos.
“Esta exposición presenta parte de la historia, el resto reside dentro de cada uno de nosotros” lee, con razón, uno de los textos finales. La combinación de la exposición con nuestra propia percepción de Bowie y de su legado es lo que convierte la visita en una experiencia única. Somos afortunados de tener “David Bowie Is” en Barcelona. Definitivamente recomiendo visitar la exposición y hacerlo con suficiente tiempo.
Mi visita duró tres horas y se me paso el tiempo volando. También os recomiendo echar un vistazo a la programación paralela que el Museu del Disseny de Barcelona ha organizado para la ocasión. Se ve interesante.