¡Hola! Soy Ricardo Mutuberria.

Soy científico, comunicador científico y consultor de museos y de centros culturales. Promuevo la cultura científica transformando la ciencia en experiencias sociales, divertidas y participativas.

Nací en Getxo, una hermosa localidad costera cercana a Bilbao, la ciudad internacionalmente conocida por el “Efecto Guggenheim”. Siempre me han fascinado la vida y los organismos vivos. Soy un biólogo vocacional, un científico de formación, un profesional de los museos y un comunicador nato.

¿Porqué me dedico a esto?

He vivido algunos acontecimientos que me han encaminado a mi actividad profesional actual y a disfrutar plenamente de lo que hago.

Tener que transitar por el modelo educativo tradicional ha sido algo que me ha marcado. Con la excepción de algunas experiencias positivas, a menudo dirigidas por maestros notablemente talentosos y dedicados, gran parte de mi educación ha sido bastante decepcionante.

Desafortunadamente hasta la edad adulta tampoco tuve acceso a experiencias de aprendizaje informal en museos o centros de ciencia, exposiciones o otros eventos relacionados con la ciencia. Me proporciona muchísima satisfacción ofrecer este tipo de experiencias y observar a niños, jóvenes y adultos disfrutar de experiencias de aprendizaje activo a las que yo no tuve acceso.

La segunda transformación ocurrió cuando después de años de educación teórica finalmente entre a trabajar en los laboratorios que me permitieron comprender la ciencia y formarme como científico.

La utilización del método científico cambió mi cerebro para siempre. Me hizo mejor observador, más analítico, desarrollo mi capacidad de pensamiento crítico y de resolver problemas. Todos somos científicos, artistas, ingenieros o deportistas. Únicamente necesitamos el espacio, las herramientas y las interacciones sociales apropiadas para desarrollar nuestras capacidades.

El evento transformador final es una consecuencia de haber vivido en diferentes países y localidades expuesto a diferentes culturas y entornos. La ciudad de Nueva York, con 8 millones de habitantes de todos los grupos étnicos y culturas y centro de pruebas a nivel global, fue la gota que colmó el vaso.

En ella he podido observar y participar de modelos innovadores de aprendizaje, producción científica y cultural. El movimiento creador, el movimiento “Do It Yourself biology” y más concretamente mi trabajo en el American Museum of Natural History y en Genspace, un laboratorio de investigación abierto a la comunidad en Brooklyn, me permitió comprobar que la ciencia es un proceso social para aprender a través de la experiencia.

En los próximos años veremos la diseminación de los laboratorios comunitarios de ciencias y su incorporación a museos, bibliotecas, escuelas y universidades. La actividad científica será una experiencia multidisciplinar de aprendizaje social y práctico abierta a todos.

Mi propósito es ayudar a las comunidades y a las instituciones a crear laboratorios comunitarios personalizados y emprender esa transición.